jueves, 3 de febrero de 2011

Brisa y jazmín

En verano solías con una escalerilla blanca recoger jazmines al atardecer, vestido con una camiseta de tirantas blancas, bermudas azul claro -celeste y unas chanclas negras. Te subías a la escalera con agilidad pese a tus años, y recogías jazmines y más jazmines, para hacer con ellos ramilletes, que diesen ese dulce olor al cabello de la mujer que lo llevara.
Tras la recogida de las flores,  dejabas los ramilletes cogidos con una horquilla sobre la tierra negra de una maceta del porche, y decías " cuando llegue la noche florecerán",  y así era, mágicamente los jazmines que recogías dormidos y encerrados en sí mismos, florecían cuando el sol se marchaba, como si despertasen de un largo sueño.
Desde que te marchaste,tus jazmines te echan de menos, ya que hace mucho tiempo que nadie los recoge, para hacer ramilletes y espera a que florezcan para ser tocado de "tus niñas" al anochecer. Y cada día al ver el arco de Jazmín en la puerta de la casa, te veo a tí, subido en la escalera, y cantando tus coplillas, sonriendo y haciendo del verano y de mi casa un lugar donde ser muy feliz, y  los jazmines abuelo, siguen llorando por tí, pero también siguen floreciendo por tí, porque sigues ahí y cada noche y cada día floreces en todos los que de tí nos acordamos.

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